No se puede construir la profesión del actor bajo los cimientos de la fama y el éxito. Eso no es ser honesto con uno mismo. Ese camino lleva al fracaso moral y a la toma de decisiones perjudiciales a largo plazo.
El que desea ser actor y vivir de actuar sólo tiene un camino: la dedicación en exclusiva y absoluta en servidumbre al oficio.
Cuando deseas algo con toda tu alma ves tu camino con claridad porque no existe otro. Por tanto, sólo puedes seguirlo. Eso es la honestidad del actor, aceptarse uno tal y como es.
No pretendas cambiarte para ser mejor actor. Mejora tu versión de ti mismo, nunca olvides quién eres. Sé humilde y soñador.
Trabaja tus habilidades y tus virtudes, con constancia y con los pies en el suelo. Sé honesto.
Corrige tus defectos, dentro de la paciencia y de tus limitaciones. No confundas tus complejos físicos y estéticos con tus defectos. Sepáralos y verás como tienes menos complejos y menos defectos de los que pensabas. Sé humilde y soñador.
Dalo todo en cada escena, toda tu energía. Vive cada momento con tu compañero de escena con la verdad por delante.